Villa Nicolás Romero, Estado de México,
Enero 22, 1988

Sin pudor alguno el PRI-Gobierno se robó, por centésima vez las elecciones, impuso autoridades ilegítimas que no están respaldadas por el voto popular y agrede a la ciudadanía con represión e intimidación para que no le reclamen su falta de autoridad moral.
He aquí un caso típico de brutalidad política. Pura fuerza represiva sin sustento moral ni democrático.
Aquí en Villa Nicolás Romero se aplastó la voluntad popular y se impide que gobierne una autoridad legítima, porque este municipio está sujeto al culto mitológico que el sistema le rinde a los señores feudales y a los grandes electores que ha creado.
No se puede respetar la voluntad popular, porque pesan más dentro del sistema las flemas octogenarias del supremo zar de la CTM, que es originario de esta localidad, y su partido le tiene concesionado para su libre explotación el ayuntamiento a través de sus favoritos.
Aquí se aprecia con toda su crudeza la depravada simbiosis entre el fraude electoral y el corporativismo fascistoide sindical que practica el PRI y que sin contemplación alguna pasa por encima de la voluntad ciudadana.
Estamos pues frente aun caso evidente de autoridad ilegítima, en el que se justifica la desobediencia civil no violenta.
Acción Nacional propone que la restauración del orden democrático en nuestro país sólo será posible si el pueblo agredido por la imposición, toma en sus manos la tarea de recobrar su soberanía y peso político por métodos no violentos.
Será preciso que se organicen y trabajen disciplinadamente, para liberar a Villa Nicolás Romero del dominio del señor feudal cetemista que los oprime y agravia.
Conquistar el municipio libre exigirá tesón y esfuerzo de toda la ciudadanía. Acción Nacional puede ser el instrumento para que los mitos del sistema y culto a la personalidad dejen de sobreponerse a la libre voluntad de los ciudadanos.
Tenemos que enseñarle a las estatuas vivientes del PRI y a la maquinaria de poder que controlan, que el pueblo organizado no está dispuesto a seguir pagando el costo de su pobreza y que en 1988 la soberanía popular será recuperada por los mexicanos.
Este es el sentido y la trascendencia de esta campaña presidencial y esa es la medida de nuestra responsabilidad.
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