Marzo 12, 1988
Transcripción integra del texto del discurso pronunciado por el Ing. Manuel J. Clouthier durante la Asamblea Nacional Ciudadana, efectuada en el Hotel de México, el día 12 de Marzo de 1988, en la cual fue proclamado como el candidato del PODER CIUDADANO por los más de 5,000 asambleistas representantes de todo tipo de grupos sociales: culturales, asociaciones de vecinos, de mujeres y en general de Hombres Libres de México.
Porque consideramos sus conceptos como certera definición de la realidad política, de la posibilidad de cambio y sustento para un Órden Social y Político justo para nuestra Nación, los ponemos a la consideración y estudio de todos los ciudadanos libres de México.

Marzo 1988
Gran Salón, Hotel de México
Asamblea Nacional Ciudadana

Estamos protagonizando un hecho histórico
Esta gran Asamblea Nacional de mujeres y hombres libres, que conscientes de sus deberes y derechos políticos, a título particular, sin más distintivo que el de ser ciudadanos decididos a asumir sus respectivas responsabilidades personales de participar en forma organizada, pero a la vez independiente de los partidos en las tareas electorales y que han optado por designarme como el candidato de la ciudadanía a la Presidencia de la República, es incuestionablemente el primero que se registra en los anales de la historia política del país.
I. CAMBIO HISTÓRICO
Somos partícipes de un acontecimiento que sin duda alguna va a acelerar la transformación política de México. Lo cual viene a reforzar los datos que nos permiten afirmar que en este año de 1988 nuestro país va a inaugurar un nuevo capítulo de su heroica y apasionante historia.
Permítanme compartir con ustedes algunas reflexiones a este respecto:
II. ELECCIONES
La lucha electoral en la que estamos inmersos, se ha convertido en el catalizador de numerosos procesos de cambio socio-político que hace tiempo se desataron dentro del país y que al calor de la crisis económica llegaron a su punto de maduración.
La actual campaña presidencial se está desarrollando bajo circunstancias inéditas, que irremediablemente van a producir resultados diferentes a los que hemos visto en materia de desenlaces electorales en los últimos setenta y siete años.
Las evidencias recogidas hasta ahora –este acto es una de ellas– nos dicen que 1988 no será una reedición de las frustraciones de 1929 y 1940, sino una nueva versión de 1910, cuando cuando el aparentemente invencible sistema porfirista aceleró su desmoronamiento al cometer un cínico y desvergonzado fraude electoral contra su opositor demócrata Francisco I. Madero.
III. NUEVOS ELEMENTOS EN LA LUCHA POLÍTICA
Son tres los nuevos ingredientes que con mayor relevancia se aprecian en estas elecciones de 1988.
Primero: EL SURGIMIENTO DEL PODER CIUDADANO.
Segundo: LA RUPTURA DEL TRADICIONAL BALANCE POLÍTICO.
Tercero: LA PUESTA EN MARCHA DE LA RESISTENCIA CIVIL ACTIVA Y PACÍFICA.
Los tres rompen bruscamente con los moldes convencionales en los que se ha vaciado durante más de medio siglo la actividad política de los mexicanos.
IV. PODER CIUDADANO
El PODER CIUDADANO es la puesta en acción del precepto constitucional de la soberanía popular y la movilización vigorosa y creciente para su ejercicio, de amplios contingentes de todas las capas sociales y de diversas tendencias de la sociedad mexicana.
La presencia real –no sólo teórica y retórica– del poder ciudadano llevará a la transformación radical del sentido que hasta ahora ha tenido la dinámica política nacional. Su impacto mayor será en el viejo modelo de estabilidad política que hasta ahora se ha practicado y que descansa sobre el consenso pasivo con el sistema autoritario, paternalista y presidencialista. Con el PODER CIUDADANO no puede haber más que consenso activo, de decir, con métodos de participación real y efectiva, democráticos y pluralistas de la sociedad civil en la formación de voluntad política.
EL PODER CIUDADANO PROMUEVE EL PLURIPARTIDISMO auténtico y por lo mismo imposibilita la presencia de un partido de estado, hegemónico, fascistoide y corporativista como lo ha sido el PRI desde su fundación.
A la vez obliga a todo los partidos a ser más abiertos y flexibles.
El PODER CIUDADANO ES UNA NUEVA CULTURA POLÍTICA en México, que tiene como definición el compromiso personal con la vigencia y defensa de los valores de la libertad, la democracia, la justicia, el respeto a los derechos humanos, mediante la participación cívico-política, y por lo mismo, es promotor de nuevos espacios y organismos partidarios y no partidistas.
Todo ello nos dice que las instituciones y organismos políticos que no se adapten a la nueva presencia del poder ciudadano se quedarán obsoletas y en peligro de extinción.
V. PARTIDO Y PUEBLO
El hábitat sociológico en el que nacieron se se desarrollaron los partidos de cuadros cerrados, excesivamente ideologizados, tiende a desaparecer; como también se esfuma poco a poco la base sociológica y cultural sobre la que descansaban los partidos de masas comandadas por cenáculos dogmatizados.
En esta hora del poder ciudadano, uno de los criterios fundamentales que orienta la campaña política de mi partido, es la conjugación del BINOMIO PUEBLO-PAN; mismo que nos permite armonizar con las nuevas realidades políticas, no posibilita cumplir la función de ser instrumento del pueblo y canal de expresión de un importante contingente del poder ciudadano. Hace compatible la candidatura institucional panista, la promoción y defensa de la plataforma política de Acción Nacional con la postulación con la que esta asamblea de ciudadanos independientes me ha distinguido.
Respecto al segundo dato que hace de estas elecciones totalmente diferentes a todas las demás, consistente en el trastocamiento del balance político tradicional, conviene apuntalar lo siguiente:
VI. RUPTURA DEL BALANCE POLÍTICO
Existe en todo el país un reacomodo general de fuerzas políticas. La fractura –real o maquinada– del cardenismo y los partidos llamados paraestatales con el PRI, abrió de hecho un nuevo polo político que de inmediato atrajo porciones tanto del mismo PRI, como de la izquierda y de ciudadanos con inquietudes democráticas.
Los partidos que proponen el socialismo se reagruparon y Acción Nacional ha crecido enormemente. La capacidad de convocatoria y movilización de ciudadanos demostrada en lo que va de la campaña, nos coloca como una alternativa viable de cambio. Estamos a nivel competitivo pese al bloqueo que sufrimos en los medios electrónicos de comunicación y la escasez de recursos.
El PRI no puede seguir sosteniendo que es la primera fuerza política en el país, porque no obstante su ilegal y derrochadora campaña, dirigida más a paralizar que a convencer a la población. lo hemos superado en las principales plazas que hasta ahora llevamos recorridas.
Si somos capaces de sostener este avance, no dudo en afirmar que estamos frente a una posibilidad real de victoria el próximo 6 de julio.
VII. RESISTENCIA CIVIL ACTIVA Y PACÍFICA
Paso ahora a hacer algunas consideraciones sobre el tercer ingrediente del contexto político actual: la resistencia civil activa y pacífica.
La presencia de este elemento es de una trascendencia definitiva, porque su sola mención indica que el deterioro de la legitimidad del sistema es absoluto y ha llegado al punto de provocar la aparición de esta expresión defensiva de la sociedad civil.
A mi juicio, la aparición de este punto pone al proceso electoral en una dimensión como hasta ahora ninguno lo ha tenido y coloca a México en el umbral de un cambio.
Baste recordar que a través de métodos de este tipo, O'Connell loberó a los irlandeses de la opresión inglesa. Gandhi venció al imperio inglés en la India. Luther King reivindicó los derechos civiles de los hombre de color en Estados Unidos, y recientemente el pueblo filipino conquistó la democracia.
Con justa razón personas sensatas y juiciosas nos preguntan si es lícito haber introducido este elemento en la campaña, que de hecho avisa que lo fuerte del proceso viene después del 6 de julio.
Ante esta asamblea de ciudadanos maduros quiero satisfacer estas interrogantes.
VIII. VIABILIDAD DE LA RESISTENCIA CIVIL
Creo en la licitud. procedencia y viabilidad de la resistencia civil activa y pacífica.
Para empezar, me parecería digno de toda condena y altamente inmoral hacer una campaña política, convocar al pueblo, pedirle dinero, arriesgar la tranquilidad de mi familia y la de mi equipo de campaña, usar la entrega, entusiasmo, trabajo, recursos de tantos dirigentes, candidatos y militantes de mi partido, de tanta gente humilde y de toda condición que acude a mítines, reuniones y eventos, para simplemente cubrir el expediente de dar una campaña presidencial, y vencido de antemano esperar con curiosidad el día de las elecciones, ver cuántos votos saqué e irme a mi casa a gozar de los recuerdos.
No, mis amigos, estamos obligados moralmente; yo, mi partido, ustedes que me postulan y todos los candidatos, a poner todos los medios para cumplir con el objetivo por el que hemos convocado al pueblo. Si éste pone de su parte, nosotros tenemos que agotar los recursos.
Sin embargo, las razones de la licitud de la resistencia civil activa y pacífica son más profundas aún.
Bien se sabe que una sociedad para desarrollarse integral y equilibradamente, requiere en principio de gobernantes investidos de legítima autoridad, que defiendan las instituciones que las hacen posibles y dediquen todos sus esfuerzos por el bien de la República.
IX. LEGITIMIDAD DE LA AUTORIDAD
La legitimidad de la autoridad se adquiere originalmente mediante elecciones libres, justas, transparentes y respetuosas del voto.
Después la legitimidad se tiene que renovar continuamente mediante el ejercicio del mando, si éste va orientado por la recta razón hacia el bien común.
Pero cuando al autoridad no adquiere legitimidad de origen o lo pierde durante su actuación, ya por haber tomado el poder mediante un fraude, o porque rebasa toda moral, justicia y derecho, y oprime a los ciudadanos, éstos tienen el deber de luchar por restaurar las exigencias objetivas del bien común, que proclama defender los derechos ciudadanos y resistir contra el abuso de tal autoridad dentro de los límites de la no violencia, ya que ésta si se usa, introduce nuevos desequilibrios y provoca nuevas ruinas. No se puede, generalmente, combatir un desorden social al precio de un desorden social mayor.
Así pues, en presencia de una autoridad legítima, que evidente y prolongadamente atenta contra los derechos humanos y daña peligrosamente al bien común del país, sólo caben cuatro posiciones:
COMPLICIDAD. Colaborando con la autoridad ilegítima e injusta.
SUMISIÓN PASIVA Y SILENCIOSA. Aceptación del desorden y la injusticia, complicidad por omisión.
REBELIÓN VIOLENTA. De muy difícil justificación moral y resultados negativos.
LA RESISTENCIA CIVIL ACTIVA Y PACÍFICA.
En México estamos ante la presencia de un sistema cuya ilegitimidad está totalmente probada, toda vez que en forma evidente, prolongada y reiteradamente daña al bien común, no respeta los derechos humanos, rebasa la moral, la justicia y el derecho, recurre continua y cotidianamente al fraude electoral.
No tiene más finalidad que reproducirse asimismo en el poder y por ello ha empobrecido y envilecido al pueblo.
Están pues, dadas las condiciones para que cada quien defina su postura.
Por nuestra parte, hemos decidido dar esta campaña con un alto sentido de patriotismo y enfocar a cambiar esta situación injusta y grave, agotando todos los recursos legales y espacios políticos para que mediante el proceso electoral, la nación se reencuentre con la justicia, el bien común y con autoridades legítimas de origen.
Sin embargo, si de nueva cuenta se comete un fraude electoral, las autoridades que surjan de ese atropello al pueblo no serán legítimas, por lo que el proceso de degradación y empobrecimiento de la nación de profundizará. Ante tal perspectiva, el uso del recurso de resistencia civil activa y pacífica no sólo es lícito sino un deber patriótico.
Ahora bien, previo al día en que se habrá de tomar esta decisión, durante la campaña electoral se están cometiendo injusticias como es el cierre de los medios electrónicos que ha sido preciso denunciar y corregir mediante acciones no violentas.
Debo decir que todas han sido exitosas.
El pueblo fácilmente se identifica con este método de lucha, le toma gusto.
La medida que hasta ahora ha tenido mayor éxito, es la del marcado de billetes, misma que se anunció en Querétaro en los primeros días de febrero.
Su éxito consistió en que el tema de la resistencia civil activa y pacífica se colocó como punto central de reflexión política nacional, y la república entera se sensibilizó al respecto; ahora todo México sabe que hay acciones no violentas que se están implementando.
Este enorme éxito se debió a la desproporcionada respuesta que el gobierno implementó en la comisión permanente del congreso, a través del Banco de México y del propio PRI, la cual constituyó una publicidad sumamente valiosa.
Ese es justamente el judo político que es uno de los elementos de la resistencia civil pacífica; la reversión de la fuerza del represor e injusto.
Dado su éxito y en virtud de que el PRI no tiene empacho en violar flagrante y escandalosamente los derechos humanos de los maestros y padres de familia para asegurarse una determinada cantidad de votos; en los próximos días anunciaremos una acción de resistencia civil contra tales infamias del SNTE y del PRI, solapadas por la SEP, en la que de nueva cuenta los billetes serán nuestro vehículo de protesta, sin arriesgar que sean recibidos en el banco.
Se le olvidó al gobierno que existen etiquetas adheribles fáciles de despegar, de tal suerte que el billete puede circular son su mensaje pegado y al llegar al banco se le retira.
X. COMPROMISO
CIUDADANOS:
Les pido que hagamos un compromiso para la no violencia y que lo extendamos por todo el país.
Los primeros rasgos de un México nuevo ya están entre nosotros.
¡Muchas gracias!
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