julio 19, 1989

Paternalismo e infantilismo

Manuel J. Clouthier
El Universal
Julio 19, 1989

Siempre he sostenido que nada hay que le haga tanto daño a los mexicanos, como el paternalismo feroz que padece nuestro pueblo.

Recordemos que los esclavos se hacen con regalos (pequeñas dádivas), que acaban por inhibir la capacidad creadora de los individuos y hacen que éstos todo lo esperen de arriba.

Sesenta años de un gobierno paternalista han dejado una herencia funesta en algunas de nuestras personas, en todos los niveles.

No sólo en los grupos indigentes o campaesinos encontramos mexicanos que aún esperan que el Presidente decida todo.

La verdad es que la responsabilidad viene conjuntamente con la libertad y la democracia. Hay, por desgracia en México, personas a quienes les resulta cómodo (además así les ha ido bien) dejar que otros piensen y actúen por ellos.

En otras palabras, asumen una actitud infantil al igual que el niño que prefiere sea papá o mamá quien resuelva sus problemas. Para que exista el paternalismo es necesario que exista el infantilismo.

No puede haber excesiva paternidad, si alguien no está dispuesto siempre a tener papá.

Los contundentes resultados electorales en Baja California han puesto en evidencia una vez más lo que expongo.

La primera fase de este proceso fue difundir que estaba ganada la elección por Margarita Ortega, del PRI, para ir preparando mentalmente el fraude, y darle "fuerza moral" a papá, cuando decidiera robarse las elecciones como ha venido haciendo por más de 50 años. Sin embargo, los bajacalifornianos ya no son infantiles y no desean que otros decidan por ellos: salieron en cantidades sin precedentes a votar.

El susto del sistema fue mayúsculo. Sabían que estaban perdidos pero seguían pensando que podían maniobrar y engañar al menor de edad, como lo han venido haciendo por tanto tiempo.

El sistema sale a respetar la primera gubernatura de la oposición. Pero no lo hacen no los priístas ni la mayoría de los medios de comunicación como debería ser, como un acto positivo. No se habla tanto del tirunfo del pueblo que se hizo respetar o de los candidatos del PAN que convencieron y ahora tienen un gran compromiso. No, lo que se resalta es que Salinas (otra vez papá Gobierno) es muy bueno y va a respetar la voluntad popular. El énfasis de la noticia no es de lo bien que la está haciendo el pueblo al politizarse y dejar de ser simples habitantes para convertirse en ciudadanos, o lo bien que estuvo el Partido Acción Nacional y sus candidatos.

No, nada de esto cuenta, porque para los que tiene mente infantil y quieren seguir teniendo papá toda la visa sólo piensan que éste ha decidio comportarse en forma decente.

Los psicólogos nos dicen que cuando alguien responde con madurez y se comporta como adulto, es decir, deja de actuar infantilmente, está forzando una respuesta de gente grande de su interlocutor.

Por supuesto que madurar cuesta y es un proceso que la sociedad ha ido aprendiendo. Cada vez son más los mexicanos dispuestos a vivir conforme a una moral de entrega y compromiso. Cada vez son más los compatriotas que como gente mayor desean ser constructores de su propio destino y decidir por sí mismos.

Todavía hay algunos, afortunadamente los menos, que sueñan con dictaduras o élites pensantes que los dirijan porque en su infantilismo se rehúsan a asumir el riesgo de ser libres, porque saben que ésto implica actuar con responsabilidad.

Conozco a la gente de Baja California y sé que ahí el infantilismo es minoría. A este proceso electoral acudí tres veces. Lo hice antes de que tuviéramos candidato. Ayudé hablando con gente muy responsable para que aceptara colaborar con quienes resultaran ser nuestros representantes en las elecciones. En mi segundo viaje platiqué con gente formadora de opinión y me dediqué a conseguir dinero para la campaña de Ruffo. No tuve una sola negativa. Si acaso un par de promesas que no se cumplieron pero no fueron rechazos rotundos.

Con lo anterior lo que estoy tratando de asentar es que los bajacalifornianos se portaron como adultos, quienes supieron asumir su responsabilidad.

Siento que fue el comportamiento de los bajacalifornianos una acción de adultos, no de chamacos que andaban buscando que papá Gobierno decidiera por ellos, sino de personas que actuaron para ser arquitectos de su propio destino.

En cuanto al respeto a las victorias del PAN, viene a mi memoria aquel dicho de mi viejo amigo (fallecido) el doctor Izabal: "Si el pícaro sufriera de las ventajas que tiene ser honrado, sería honrado por picardía".

Por supuesto que Salinas sale ganando a reconocer el triunfo de Ruffo, pero lo interesante no es eso. Lo verdaderamente importante de Baja California es que ganó el pueblo, que se supo sacudir la tutela paternalista del sistema.

México sigue cambiando. Ya nadie lo puede detener. Los hechos hablan y nos dan la razón.

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