Luis Alegre
Reforma
Octubre 2, 2000
Durante 10 años los panistas recordaron la muerte de Manuel Clouthier, "Maquío", hablado de sus virtudes y su entrega a la causa de la democracia y del triunfo del partido, una causa hasta entonces idílica. Y esta vez, en el onceavo aniversario de su desaparición, la historia se comienza a reescribir.
El PAN, el partido que postuló para Presidente de la República a "Maquío" hace 12 años, es el partido que gobernará a casi 100 millones de mexicanos. Se terminó el panismo de la "brega eterna"; la tierra prometida -la democracia y el triunfo en las urnas-, sí existía.
Así lo dibujó en su homilía y con su metáfora el sacristán mayor de la Catedral, Jesús Aguilar: a Manuel Clouthier le pasó como al bíblico Moisés que sólo vio la tierra prometida pero fueron otros los que llegaron.
"Moisés vio la tierra prometida de lejos, pero después entró a ella en la presencia de Dios y Don Manuel (Clouthier) también. Le tocó ir viendo cómo este país iba transformándose poco a poco, cómo las conciencias iban transformándose a través de la reflexión y a través de tantas cosas, pero finalmente fue parte, como muchos mexicanos, del cambio que estamos viviendo", dijo monseñor Aguilar ante un centenar de panistas asistentes a la misa en honor del ex líder empresarial y militante panista que contendiera por la Gubernatura de Sinaloa con el priísta Francisco Labastida hace 15 años.
Antes del oficio religioso, casi medio millar de panistas recordaron a Clouthier en el monumento en su honor en San Angel; ahí estaban los líderes del PAN nacional y capitalino, Luis Felipe Bravo y José Luis Luege, respectivamente, dos políticos de la tribu de neopanistas que desplazaron a los patriarcas blanquiazules y que terminaron por llevar al partido al poder.
Abordado antes de entrar a misa en Catedral -a donde ya no fueron todos los panistas reunidos en San Angel- el líder panista del DF definió a un "Maquío" con más carácter de mártir que de líder o de libertador.
"Maquío fue un ejemplo, un hombre que luchó por la democracia y que dio su vida y su esfuerzo consciente que era para el bien de México, y por eso lo recordamos como un hombre dispuesto a entregarlo todo porque México cambiara y México cambió".
De paso, Luege subrayó lo que hoy en día es un mérito nuevo en la carrera política del "Maquío": él fue quien invitó a Vicente Fox a sumarse al PAN como parte de las huestes de los "bárbaros del Norte" -como los conocían entonces- hace 12 años.
Siguiendo con la metáfora de Monseñor Aguilar, el "Maquío" fue quien trajo al Josué que cruzó el Jordán del 2 de julio y hoy como Presidente electo está a punto de llegar a la silla prometida.
Para Luege -quien acompañó a la viuda del "Maquío", Leticia Carrillo, y su hijo Manuel Clouthier-, la promesa cumplida no haría a "Maquío" un Moisés porque el sinaloense no murió sólo con la frustración de no ver la tierra prometida.
Once años después del accidente carretero que privó de la vida al ex candidato presidencial se mantiene viva la duda. "Yo en lo personal de ninguna manera lo creo (el accidente) porque para nosotros, en un régimen tan autoritario y con los hechos que hemos vivido, no tan alejadamente es difícil pensar simplemente en un accidente", sentenció Luege.
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