Héctor Larios Córdova
El Universal
29 de septiembre de 2007
Con el paso de los años, la obra vital de muchos hombres queda en el olvido. No ocurre así cuando el ejemplo y la esperanza han rendido frutos, cuando se comparte una convicción común, cuando hay coincidencia en el alto deber de servir al país.
Manuel J. Clouthier es uno de esos ciudadanos mexicanos cuya obra vital fue servir y cuyo recuerdo es herencia de entrega, de pasión y de generosidad en el cumplimiento del objetivo que siempre ha guiado los trabajos de Acción Nacional desde el instante mismo de su fundación: acertar en la definición de lo que sea mejor para México.
Quizá la mayor herencia pública de Clouthier son los centenares de ciudadanos que siguieron su ejemplo y decidieron dejar la comodidad de su vida privada para inscribirse y trabajar activamente en organismos de la sociedad y en partidos políticos, muchos desde luego en el PAN, y que han sido la causa eficiente de la democratización y transformación de México.
A la luz del proyecto original del partido, Manuel J. Clouthier vino a ser un eslabón sin el cual no habría contacto entre el ideal democrático y el triunfo democrático. No se puede pasar del deseo a la realidad sin ofrecer un trabajo tesonero y destinado a ser, en palabras de González Luna, “trigo de prueba en el molino de nuestra historia, pues para otros será el pan”. Maquío resulta así un personaje fundamental en la historia y trayectoria de la democracia mexicana. Un ejemplo de energía renovadora de la mística, pues antes en la oposición y ahora en el gobierno “sólo está derrotado el que ha dejado de luchar”.
Maquío sabía que la democracia no se constru-ye con grupúsculos de incondicionales, sino con liderazgos decididos. Nunca creyó en los sectores, las corrientes o los caudillismos; más bien aprovechó prudentemente su auténtico carisma y su indudable liderazgo para fortalecer la lucha democrática; nunca ambicionó ser presidente, diputado o jefe del partido; siempre habló de lo que teníamos que hacer para salvar a México de las garras de la imposición.
El liderazgo de Clouthier jamás pretendió avasallar al partido, justo lo contrario: Maquío luchó por lo mismo que lucharon los fundadores y por lo mismo que hoy debemos luchar nosotros. Para él la primacía era de lo político, lo que requeríamos era democracia para la justicia en la libertad, y la misión era construir un gobierno nuestro, dedicado precisamente a la creación de los medios necesarios para gestionar el bien común, conjugado con las libertades y prerrogativas esenciales de la persona humana.
Clouthier nunca pensó en sobredimensionar al partido, siempre supo que la transformación vendría de la propia sociedad.
Maquío representa una de las grandes etapas en la vida nacional, una etapa que no se agotó en la insurgencia electoral, en la protesta enérgica o en el ejemplo de entrega máxima. Su paso por Acción Nacional significó para el partido adquirir una nueva dimensión política, nuevas posibilidades como alternativa de gobierno y nuevas responsabilidades para llevar a cuestas el trabajo de transformación del país. Además de eso nos enriqueció con nuevas capacidades, métodos y vocaciones.
Sus convicciones personales, sus valores definidos y vividos lo llevaron a dejarnos junto con su esposa Lety otra gran contribución, su familia numerosa, comprometida y formada. Su participación en el Movimiento Familiar Cristiano da claro testimonio de su aprecio por la familia.
Por eso Manuel J. Clou-thier sigue presente en nuestra lucha, en nuestros corazones y en nuestra esperanza. Por eso recordamos toda su entrega por el bien de México. Porque es un vivo ejemplo de que cualquier ciudadano puede asumir los motivos espirituales y convertirlos en acción ciudadana capaz de doblegar los intereses e inercias más retrógrados, como los que hoy frenan la transformación del México ya democrático en un México democrático, justo y libre. No sé cuántos fuimos, pero sí sé que somos miles de mexicanos quienes gracias a Maquío sumamos a las obligaciones y sueños personales y familiares las labores que derivan del amor a su patria y las responsabilidades cívicas de ser parte activa en la transformación y mejora de nuestra nación.
Coordinador del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados
No hay comentarios:
Publicar un comentario